miércoles, 22 de octubre de 2008

A modo de introducción...

Este blog es un homenaje... una cuenta pendiente que tenía hace mucho tiempo.
Un homenaje sincero a una serie de escritores locales que nos dejaron a través de su pluma una imagen de nuestra ciudad, de nuestra Dalt Vila, que gracias a ellos será imperecedera, inmortal.
Una herencía que las futuras generaciones están obligadas a conocer y difundir; a conocer porque es imprescindible para construir el futuro conocer y amar nuestro pasado, y difundir porque no debemos mostrarnos timoratos ni con reservas cuando se trata de compartir con el resto del mundo parte de nuestros tesoros más preciados.

Y ahí las nuevas tecnologias nos ayudan y nos brindan herramientas que nos permiten hacer de dicha difusión un placer tanto al que lo diseña, como espero sea igual para el que lo descubra por primera vez.

Ah... antes de que se me olvide, un millón de gracias al amigo Antonio de "Blogs Made in Spain"... Antonio, clavaste el diseño. Gracias por toda tu ayuda y paciencia.

Lógicamente, este blog está abierto a las sugerencias y aportaciones que tengan a bien enviarnos los potenciales visitantes-lectores.

Me gustaría terminar con unas palabras de D. José María Ballester, que reflejan fielmente el anhelo que nos mueve a la hora de embarcarnos en este proyecto:

"Hay que situarse en esa época en que Ibiza era todavía el paraíso de los dioses. Una isla suspendida en el tiempo, cuya capital se reclinaba indolente sobre una de las bahías más bellas que existían en el Mediterráneo, hoy sacrificada a esos nuevos dioses que son las marinas y los puertos deportivos. En esa bahía recalaban barcos de pesca, veleros con carga de mercancía y buques de pasajeros, aquellos vapores que serían hoy el orgullo de cualquier museo naval. También yates y embarcaciones de recreo, raros en aquellos tiempos. Es fama que estos yates aguardaban en altamar, para arribar a Ibiza de amanecida y gozar, así, de uno de los espectáculos más bellos que era dado en la época. Un espectáculo ciertamente elitista, difícil de imaginar en la perspectiva de la cultura de masas que invade hoy la isla y sólo reservado a esos poco privilegiados que viajaban en embarcación propia, a pescadores y marineros, y a los pasajeros de los correos marítimos que unían la isla a la Península y solían llegar, igualmente, al amanecer".

Un cordial saludo a todos.

Juan Pacheco Tirado

LOS BALUARTES.


A media altura de la ciudad empinada, son miradores de lo más alto como de lo que está a sus plantas, se consulta en ellos el reloj de la catedral y se contempla la entrada de un barco en el puerto. En invierno son terrazas al sol, en las noches de verano, ámbitos fresquísimos. Su suelo verdea con las lluvias otoñales y en primavera se cubre de margaritas menudas.
De las troneras se retiraron los cañones antiguos. Pero sus deportillos son los balconcitos donde los contempladores ensanchan su visión de la marina y el puerto, o bien alcanzan la de las gentes que pasan al pie de los baluartes. Y por su estrecheza, su hondura y su riqueza herbosa, las parejas encuentran en los baluartes ocultación favorable.

Enrique Fajarnés Cardona.
Lo que Ibiza me inspiró. 1978

TERRA NATAL.



Arrelar, com un arbre, dins la terra:
no ser núvol endut d’un poc de vent.
Sobre els camps coneguts de cada dia,
veure un cel favorable i diferent.
Mirar com cau, quotidià, el crepuscle,
cada cop renovant-me el sentiment.
Damunt la terra nostra i estimada,
del cor neixen el pi, l’aire i l’ocell.
El blanc record de la infantesa hi sura,
i ha de fer bo, aquest sol, als ossos vells.
Vull escoltar-hi aquest parlar que arriba
de molt antic als llavis de la gent.
El meu amor, la ferma companyia,
Vull somiar-hi, entre la mar i el vent.

Mariano Villangómez Llobet.
Poemas Mediterranis.
Noviembre 1943 – Septiembre 1944

DE ALCAPARRAS Y MURALLAS...


Los paramentos que componen la Muralla son sumamente sólidos y consisten de cuarterones de piedra caliza, cortados según parece del propio altozano donde se asienta la ciudad. Las esquinas de los baluartes, al igual que el cordón, son de marés, que, de las investigaciones realizadas al respecto procede de Formentera y de una cantera actualmente abandonada próxima a la Torre de Ses Portes. El correr del tiempo ha hecho mella sobre todo en este ultimo material, cuyas abundantes oquedades y grietas han venido a dar cobijo a arbustos alcaparreras de exhuberancia insólita.

Archiduque Luís Salvador.
Las antiguas Pitiusas. La Ciudad de Ibiza. 1869.

martes, 30 de septiembre de 2008

Zaguanes y arcos de medio punto...


Encaminándose desde la Catedral hacia el Oeste por la ladera propiamente dicha de la colina se llega a la parte más antigua de la ciudad de Eivissa. Aquí las casas aparecen menos aglomeradas, y aunque pequeñas, resultan más espaciosas que las del resto de la villa. Están cubiertas de tejas y suelen poseer un zaguán iluminado tan sólo por la luz que alcanza a penetrar en él a través de la puerta de entrada, la cual aparece las más de las veces configurada como arco de medio punto. Desde dicho zaguán, una angosta escalera con barandilla generalmente de madera asciende a lo largo de la pared hasta el segundo piso.


Archiduque Luís Salvador.
Las antiguas Pitiusas. La ciudad de Ibiza. 1869.