sábado, 13 de septiembre de 2008

ES PILÓ.


… En algún otro punto de la ciudad, donde se impone una vuelta, hay esas esferas de piedra. La de la Plaça de Vila recibió las manos de veinte generaciones, casi como reliquia. No suelen, sin embargo, llegarle manos blancas. Pero es el lugar de encuentros, saludos y charlas. En él se cruzan los que suben a la ciudad alta con los que bajan de ella. –Els vaig trobar girant es Piló… ¿Cuántas veces hemos dicho esta frase los ibicencos?.
Allí se aprenden viajes, noviazgos, dolencias, riñas, preñeces, chifladuras, ascensos, nacimientos, traslados, bodas, mudanzas, rumores… En la academia peripatética del Pilón muchos adquieren el conocimiento mundano que les basta. Antaño podía mezclarse un tipo exótico en aquella urdimbre humana y la plaza se desojaba mirándolo. Pero hoy se entretejen allí todas las razas, Y llegado el verano, el vivo tapiz tiene, como los que representan las estaciones, frutos y desnudos.

Enrique Fajarnés Cardona. "Lo que Ibiza me inspiró". 1978.

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